Ya no sé
En qué año vivo
En muchos aspectos me siento identificado con D. Miguel
De Unamuno
Sobre todo con su desmedida torpeza y cobardía.
El ser humano tiene conductas incoherentes
Crueles, autodestructivas
Ignoro la causa
Pero no cuadra con la Teoría de la Evolución
También comparto su manía de escribir sólo con
Lápiz o pluma
Pero él odiaba las estilográficas
No me jodas
Son el invento perfecto
Era ególatra
Presuntuoso
Pagado de sí mismo
Y cometía absurdas locuras
Sin venir a cuento
Igual que hacia Jesucristo
Con el que también me identifico
Comme moi même
As my self
Jesucristo, Unamuno y yo
Por orden de antigüedad
Por orden de importancia
Por orden de prosélitos
Como el del paraninfo de la Universidad salmantina
Con D. José Millán Astray
Todos los ponentes fueron unos majaderos
Millán Astray no fue orador
Pero fue el único que habló con sensatez
Y el que le salvó el pellejo a Unamuno
Los falangistas querían lincharlo
Y el Coronel lo evitó
Era buena persona
Unamuno murió como un perro
Solo y triste
Y los falangistas llevaron su féretro a hombros
Buen golpe de efecto
Porque los fascistas lo odiaban
Pero ingenuos como Ortega y tantos otros intelectuales de derechas
Que vivían en su galaxia del Café Gijón
Poblada de turiferarios
Y cobardes
Creían en una República moderna, progresista y culta
La realidad fue muy otra
La República fue el primer paso para instaurar la Dictadura del Proletariado
Largo Caballero se enorgullecía de que lo llamaran el "Lenin español"
Pero Stalin no estaba por la labor
Y el Partido Comunista Español, lacayo de los Soviets
Acabó haciéndose con el poder
De una República
Que nunca pasó de ser una puta alcoholizada
Y sin rumbo