Desde que perdí
La birome violeta
Me he vuelto unamuniano
No era un idiota D. Miguel
Eso ni se discute
Pero se ha mitificado en exceso
Cita con Mycroft
En el Parque Moderno
Hemos hablado de muchas cosas
Es prodigiosa su erudición
Me viene a la mente
Mi primera comunión
Restaurante Sukro
Fue emotivo el sublime instante
De tomar el Cuerpo de Cristo
Poco antes hicimos el solemne juramento:
"Yo, niño libre de la estirpe de Caín
Renuncio a Jesucristo
A sus pompas, vanidades y vacuidades
Y prometo seguir siempre
A Satanás
O a su puta madre
Según tenga el día"
Amen
El asunto de Lilith es más complejo de lo que pudiera parecer
El mito es emasiado antiguo y se bifurca constantemente
A través de los siglos
Básicamente es la Diosa Madre
Pero en su faceta genesíaca
Sexual
También es la diosa de la destrucción y de la guerra
Y por supuesto del conocimiento
Hera, Afrodita, Artemisa, Atenea, Perséfone...
En un solo ser
Suddenly
At-Leti-Ko-de-Ma-Drid
Espiga de oro
Viene contento el labrador
Cierra los ojos y
Entre dientes
Murmura una jota
Que tiene
En la punta de la lengua
Quisiera volverme Yedra
En la punta del agua
Una flor blanca
Luminosa
Se hace espuma
Para fundirse con las nubes
E nuvens lá no mata-borrão do céu
Chupavam manchas torturadas
Choraram meninas torturadas
Aquellos días de cubatas
Diazepán y Tryptizol
La desesperación
Siempre rondando
Todo era de color amarillo
Como el Sol
Seismilgrados a la sombra
Como el fuego que destruyó
Las cartas amarilla
El fuego purificador
El Zend-Avesta
Como libro de cabecera
Eso era una religión de fundamento
Por eso la plagió el cristianismo
Religión estúpida
Onanista
Insatisfecha
De sí misma
Que todo lo ha de copiar
Se apropió
Del Hebraísmo, de Mazdeísmo, del Budismo, del Platonismo, del Aristotelismo, del fasto de la corte irania, del Imperio Romano, del Marxismo
Del ZEN
Esto último no se lo perdonaré
Jamás
Cada pequeña acción me cuesta un triunfo
Y ya no quedan cerillas
Me vi en un campo de trigo
Sobre oteros resecos
La vista herida por el Sol
Incendiando las espigas
Un pato de piel ulcerada
Me miraba
Me rodeo de cien mil artilugios
Hasta que decido romper todos los juguetes
Luego los arrojo a la basura
Y los odio
Mis ojos permanecen secos
Pero sé que con ellos se va un jirón
De mi alma