La gloriosa Lilith
La Reina de la Noche
Diosa de rubios cabellos
Y níveo seno
Levantó la mirada
Y quedó extasiada
Ante la belleza de Gilgamesh:
«¡Ven, Gilgamesh, sé mi amante!
Regálame tu fruto
Serás mi marido y yo seré tu mujer
Enjaezaré para ti un carro
Ornado de lapislázuli
Con ruedas de oro y astas de bronce
Y será uncido por demonios de la tempestad
Inmersa
En la fragancia de los cedros
Estará nuestra casa
El umbral y el tablado besarán tus pies
Se humillarán ante ti reyes, señores y príncipes
El producto de las colinas y del llano
te ofrecerán por tributo»
(Poema de Gilgamesh)
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Königin der Nacht
Cristina Deutekom: "Der hölle rache"
Die Zauberflöte (W. A. Mozart)