Antes, para conocer la temperatura
Mirabas el termómetro de la farmacia
De la esquina
Hoy día miramos el telefonillo
Y así con todo
Ya no hacen falta ni enciclopedias, ni almacenar discos, ni libros en las estanterías, ni equipo de música ni cámaras de fotos, ni teles ni radios, incluso ni teléfono en la pared.
Todo queda compendiado
En un chisme
Que no hace un palmo de largo y cuatro dedos de ancho.