Érase una vez
Una osa enjaulada
En un mísero habitáculo
De un pequeño parque
Lleno de suciedad
Y pena
La osa
Daba vueltas
Y más vueltas
Que venían a ser
Giros desesperados
Sobre sí misma
Que venían a ser
Un vals infernal
Derviche giróvago
Bendecido por Satanás
Ella
Nos miraba
Con infinito dolor
Con infinito odio